jueves, 2 de octubre de 2014

INNOVACIÓN ¿Nuevo concepto "comodín"?

Estas últimas décadas están siendo muy prolíficas en la adopción de términos con uso... un tanto libertino. Cada uno de ellos se transforma en un carro al que todos se quieren subir sin tener muy claro su destino, y en muchos casos ni quieren saberlo. Si el término en cuestión viene acompañado del obligado anglicismo, el "frikismo" se convierte en locura religiosa, casi en secta consumista.



Inteligente (Smart)

En un par de lustros nuestro entorno ha sido invadido por toda suerte de cachivaches "inteligentes". Coche "inteligente", "Smart TV", tejido "inteligente", masa de pan "inteligente", detergente "inteligente"... cualquier producto, preferiblemente manufacturado, se convierte a la cualidad más humana por ciencia del marketing. A veces me cuestiono si con todos estos cables que conectamos a nuestros electrodomésticos "inteligentes" estamos haciendo trasvase de nuestra cualidad diferencial con las máquinas. Es absurdo, pero lo compramos.

Nube (Cloud)

Como es notorio y contrastado, en la época que discurre, pasamos más tiempo en las nubes que en el suelo. No hay empresa u organización que se precie de ser "líder en el sector" y no tenga parte de su información en la "nube". Sinceramente no sé si este concepto es más "comodín" o "modismo". La "nube" no deja de ser un almacenamiento externalizado que permite a los propietarios de los entornos tecnológicos disponer de un enorme conjunto de datos con los que hacer negocios.

Ecológico

No solo se adhiere esta etiqueta a los productos agrícolas (que más tarde serán comercializados con envases, papeles, pegamentos y tintas nada ecológicos) si no que toda una gama de conceptos de lo más diverso se auto califica de "ecológico". Esta es otra de las "muletillas" que inducen al personal a asumir que la modernidad y el futuro de nuestra Tierra pasan por el consumo preferente o exclusivo de la ecología.
Faro del Cabo de Trafalgar (Cádiz)

Foto: Faro del Cabo de Trafalgar (Cádiz)

Innovación

Me duele enormemente comprobar cómo personas ilustradas y competentes se suben al tren de la innovación sin tener el menor reparo en aplicar técnicas "innovadoras" que son contrarias al sentido común de estas prácticas. Todo comenzó con el segundo apellido del desarrollo tecnológico e industrial. El primer apellido que se colocó fue investigación, aunque lo colocaron delante como si se tratara de una película de 007. Este segundo apellido que entonaba y hacía capicúa al conjunto de iniciales es innovación (I+D+i). He de reconocer que me repatea la minúscula.

Innovación es un comodín que se usa para todo, cuando la realidad es que gran parte de lo que se engloba en este término o se califica como tal, tan solo es experimento y/o histrionismo.

Hoy estoy muy beligerante y me doy la razón por lo manipuladores y manipulables que somos, al mismo tiempo. No maltratemos a nuestros prójimos induciendo ideas con mensajes subliminales inoculados de comodines que distorsionan la realidad. No seamos panolis y creamos todo aquello que lleve asociado un comodín. Si algo tenemos es el "uso de razón", entonces ¡¡razonemos!! y exijamos la veracidad y los originales.

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