sábado, 25 de abril de 2015

Culo, caca, pedo, pis

Soy de aquella generación en la que estas palabras estaban prohibidas y los niños las decíamos a escondidas, con la consiguiente risita. Ahora, después de bastantes años, están prohibidos otros términos en el entorno profesional: liderazgo, talento, pasión, creatividad. Pero al contrario de la niñez, no me hace ninguna gracia tener que decirlas a escondidas.

Para cerrar la trilogía sobre la Marca Personal, iniciada con “Marca Personal como lanzadera de la Marca Corporativa(Leer)  y continuada por “”Efecto Mariposa” de la Marca Personal en la Organización(Leer)  llego con el último artículo para atizar a las mentes obtusas e inmovilistas que impiden, ya no el avance natural esperado cuanto la innovación irremediable.


La Marca Personal es el huerto donde el profesional va cultivando, por zonas, los productos que trasladará al mercado cada temporada. Este planteamiento pretende trasladar a los profesionales/cultivadores que tan importante son las legumbres de otoño como los frutos de verano, el invierno con sus cítricos y el esplendor cautivador de la primavera.

En nuestro lenguaje jamás pueden existir palabras y conceptos tabús ni prohibidos, excepto rendición, cansancio, obligación, abdicación, sometimiento. No existen palabras inconvenientes en propuestas innovadoras y sí sordera egoísta. Pero esto no nos debe de llevar a enfrentamientos inútiles en batallas perdidas de antemano. El objetivo no es ganar batallitas, es vencer la Guerra de Innovación a las huestes rebeldes y para ello existe una herramienta poderosa en mentes preparadas: estrategia.

Estrategia Abierta
Se aplica cuando nos encontramos con la Organización perfectamente preparada para detectar, cuidar y explotar las Marcas Personales internas y servir de escaparate en las externas. El profesional podrá hacer gala de sus dotes y vender sus productos sin reparos y con la confianza de que serán asépticamente analizados.

Estrategia Militar
El entorno es ciertamente hostil. Es necesario analizar los movimientos y las pautas, que no estrategia, que rigen la Organización. Siempre se encuentra la fisura por donde se puede iniciar un ataque silencioso, no carente de riesgo. Aquí la estrategia es vital por estar en juego permanencia en la Organización y salir dañado. Hay que buscar aliados y utilizar la Marca Personal como un virus que se vaya transmitiendo de persona en persona, por afinidad y convencimiento.

Estrategia de Pescador
Existen organizaciones en las que no conocen con exactitud el aporte de valor de las Marcas Personales. En estos casos hay que actuar como un pescador en la orilla del río Fuensanta, a su paso por Priandi, Asturias. Seleccionar un lugar sombrío que anule nuestra presencia, el cebo que mejor se mimetice con el entorno pero que resulte apetecible por el “pescadito”. Paciencia y el “pececito” se aproximará con curiosidad terminando por picar. Al contrario que en la pesca el “pececito” estará más vivo que nunca y contagiará al resto del río y su desembocadura.

Como buen cultivador hay que mantener vigilancia permanente y aplicar todos los tratamientos que aseguren una Marca sin plagas, malas hierbas y apetecible para el consumidor… la imagen entra por los ojos y hay que cuidarla.

Si finalmente hay que gritar “culo, caca, pedo, pis”, hacedlo. Algunos se taparán los oídos escandalizados, pero otros muchos se unirán al coro de la innovación en la Marca Personal sin restricciones.



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