lunes, 4 de abril de 2016

La experiencia del primer cliente

Avanzan los días por “la cosa digital” como quien come pipas mirando el mar rompiendo en el acantilado. El mar siempre está igual, no cambia nada ¿verdad? Las olas son siempre las mismas, rompen formando la misma espuma siempre… su comportamiento es muy predecible ¿a que sí? Valga esta breve ironía para prepararte a lo que viene a continuación.

Antes de “lo digital” los clientes se tragaban lo que bombardeaban por la radio y posteriormente por la televisión y cartelería callejera. Si les iba bien lo comentaban a la salida de misa los domingos o tomando un carajillo con los compis del trabajo. Si les iba mal se callaban por no admitir el engaño. Pero esto es ya historia, una historia lejana para la realidad actual, el oleaje poderoso que está modificando el perfil de la costa segundo a segundo.

Como se ha trasladado desde este blog y desde multitud de opiniones, el cliente no es el ente pasivo y reactivo a las instigaciones publicitarias de hace una década (sí, solo una década). El cliente genera e instiga iniciativas a los sectores productivos porque eso es lo que necesita y éstos deben de responder de forma inmediata (o casi) a estas demandas para mantenerse en la cresta de la ola. Si no lo hacen serán engullidos por la siguiente ola. Y no solo esto, el propio cliente se puede erigir en el creador del servicio que demanda.