domingo, 2 de julio de 2017

FINTECH, ¿el inicio de la burbuja DIGITAL?

Las infantiles y extravagantes burbujas de agua y jabón, con sus formas y equilibrios imposibles nos fascinan mientras existen. Son efímeras, pero emocionalmente impactan, nos atraen cada vez que las vemos en parques o espectáculos. Al fin y al cabo, son inofensivas, tanto en su origen como en su estertor explosivo final.

El error se materializa cuando nos embelesamos con burbujas de carácter económico, con modismos o formas y modelos de negocio que adquieren fascinantes reflejos en forma de beneficios asombrosos y/o soluciones que se “marketizan” como imprescindibles para la supervivencia y su no uso llevará a la desaparición a la osada Organización que, bien por desconocimiento o por desconfianza, lo rechaza. El primer motivo llevará indefectiblemente a la desaparición, pero el segundo es posible que la salve, solo si tiene clara la estrategia y el rol que realmente juega la INMERSIÓN DIGITAL en este paradigma revolucionario, como nuevo pilar dentro de la REHABILITACIÓN CORPORATIVA.

Hemos sobrevivido históricamente a varias burbujas de efectos económicos, y cada vez la explosión ha tenido efectos más devastadores en la economía mundial y, como consecuencia, en más amplios sectores de la sociedad. Hagamos un breve recorrido por la historia de las burbujas:

Burbuja de los Tulipanes (Siglos XVI-XVII). Asombroso cómo se pagaba hasta 30 veces el salario normal de la época por un solo bulbo de tulipán. La clase pudiente se arruinó (la media-baja no pudo por el precio inalcanzable) dejándose llevar por la fiebre del tamaño y colores de estas plantas provenientes de Turquía y “transformadas” por un virus transmitido por el pulgón en Holanda.


Acuarela anónima del siglo xvii del Semper Augustus, el bulbo más famoso, vendido por un precio récord: 6.000 florines.


Burbuja de los Mares del Sur (Siglo XVIII). Curioso como en un rango de años relativamente corto las coronas de Francia e Inglaterra cayeron y arrastraron a la economía de sus países ante supuestos “visionarios” económicos que lo basaron en argucias comerciales sin fundamento en dos asentamientos muy lejanos de sus colonias y difícilmente contrastables: zona del Mississippi y Costa de Sudamérica.




Canjeando pagarés reales sin fondos ciertos para financiar aventuras en ultramar.

Burbuja de los Ferrocarriles (Siglo XIX). Primera burbuja relacionada con avances o innovaciones tecnológicas. La aparición del ferrocarril y el incremento desmedido de empresas y valor de las acciones hicieron aparecer nuevos actores especuladores. Se hundió el sector y miles de inversores se arruinaron.






Florecieron miles de empresas ferroviarias, no todas con fines mercantiles.

Crack de 1929 (Siglo XX). Quizás el más conocido por el dramatismo que envolvió su explosión. Miles de muertos y millones de dólares perdidos en cuestión de tres días y una gran depresión que sumió el país en caos durante años. La privatización de la Reserva Federal y la separación del patrón oro fueron dos motivos definitivos.



Los mismo que se agolpaban a comprar acciones se vieron haciendo colas de racionamiento y caridad


Crisis “punto com” (Siglo XX). Que la historia no sirve como aprendizaje si no para escarnio posterior se confirma con ésta y las siguientes “Burbujas”. La Teoría del Último Tonto se afianzó cuando se valoraron empresas con negocio intangible en miles de millones de dólares. Todos fueron a comprar acciones con el cántaro de la Lechera bajo el brazo… y se rompió. Aquí se acuñó la famosa frase “cuando veas a tu portero hablar de acciones, vende rápidamente”.





Gráfico de la crisis “punto com”. Quitando los años se podría ajustar a crisis anteriores y posteriores. Valoración desmedida y caída a valor real. ¿Suena Terra?


Burbuja Inmobiliaria (Siglo XXI). La tenemos tan fresca que todos los días nos desayunamos alguna de sus noticias y nos comemos alguno de sus resultados. En ésta, como en las anteriores, el sector financiero fue el actor imprescindible y acelerador de los catastróficos resultados. Y como en todas las anteriores (excepto en los Tulipanes) fueron las clases medias y bajas las que se lanzaron a participar en negocios asequibles que desconocían pero que ofrecían pingües beneficios, sobre los que no podían valorar los efectos. De ahí el resultado tan devastador.




La imagen más desgarradora y ejemplarizante de adoptar reglas de juego no reguladas, ambiciosas y poco éticas.

¿Qué ocurre ahora?

Las entidades financieras han dado un paso atrás y se encuentran digiriendo sus posiciones y su negativa imagen de marca. Basilea II está poniendo algo de coto y control en que esto sea así, pero no podemos quedarnos ahí.

Al albor de la nueva economía colaborativa y de la revelación de las startup, aparecen nuevos actores que se están encargando de inflar la nueva burbuja de la TRANSFORMACIÓN DIGITAL. Aparecen ángeles financiadores de “ideas” en rondas donde se manejan millones de dólares/euros, solo con la confianza de que lo que les están presentando sea un “pelotazo”.

En USA han echado el freno con respecto a las “Fintech”… mucho “Silicon Valley garage” y poco “revenue”. Aquellas que han conseguido relevancia lo han basado en mejorar “digitalizando”, es decir, pasando a servicio móvil, servicios ya existentes o con ligeras variantes. Todas ellas han acabado siendo fagocitadas por las gigantescas estructuras financieras tradicionales e incorporadas a culturas tradicionales. Los inversores han despertado y han reconocido que ninguna de ellas se ha convertido en un actor principal en el sector, desafiando con audacia el poder tradicional establecido.

El mensaje sobre la incondicionalidad de lanzarse a un proyecto de Transformación Digital ha calado en todos los sectores. Podemos parafrasear a la Crisis “punto com” diciendo “cuando cualquier CEO habla de la nube, big data y blockchain, revisa tu estrategia

Os recomiendo la lectura del artículo “Tecnología no lo es todo” publicado en julio de 2015. Al igual que todos los cuerpos no soportan la misma actividad física y no pueden vestir los modelos que desfilan en las pasarelas, la Tecnología no se puede aplicar de igual manera a cualquier tipo de Organización.

Mucho cuidado con iniciar inversiones que no se encuentren respaldadas por estrategias completas de tu negocio y las personas que lo componen.

Para finalizar os dejo dos frases:



El resultado de la explosión de la burbuja es infinitamente más dramático y viral que el crecimiento e inflación de ésta
Ramón Luis Gil


 La historia no se repite, pero rima
Mark Twin