Comentario a la entrevista a JEREMY RIFKIN en "El Mundo". Economista, consultor y asesor de Merkel, Hollande o Renzi.
Ciertamente la economía
colaborativa es un concepto que posee atractivo emocional muy potente.
Lanza anzuelos que, como humanos y con capacidad de sentir, son difíciles de
despreciar. El cebo tiene sabor dulce. Ahora bien, una vez se profundiza en la
propuesta existen cabos sueltos, bastantes, que eliminan el velo misterioso y
nos lanza de golpe sobre el muro de la realidad. Si no has mordido mucho el
anzuelo aún estás a tiempo de sacarlo y analizar desde un punto de vista global
las propuestas de Rifkin e introducirlas en la coctelera económica de las
diversas vías abiertas.
Quien se niegue a creer que el mundo está en un proceso de cambio
profundo, está condenado al fracaso y aislamiento. Pero, ¿dónde vamos a
terminar? No creo que haya alguien sobre nuestro planeta que lo sepa a ciencia
cierta o lo pueda esbozar.
El paradigma que se ha abierto durará varias décadas y se
encuentra en fase embrionaria. Un aborto sería fatal y definitivo para nuestro
mundo. Su nacimiento será el punto de partida para su educación y modelar el
futuro. Tendrá muchos profesores (saben de todo pero dogmáticos) y pocos
maestros (expertos y creativos) ¿Cómo será? Seguro que hermoso, pero según la
óptica de nuestros bisnietos.
Rifkin aporta un modelo curioso, pero, bajo mi análisis personal y
como lo califican expertos como él, se trata de Lalalandia. Permitidme una
licencia político/económica: tratándose del asesor de cabecera de Zapatero, puedo
explicarme el abismo al que nos condujo. No por irreal, que lo desconocemos, si
no por precipitado y falto de análisis dentro del momento de su aplicación.
Os dejo con Rifkin y espero vuestros comentarios con interesantes
enfoques,
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si así lo deseas, escribe un comentario sobre esta entrada. Estoy preparado para todo.