En mi anterior
post “Innovation’s Black Hole” (recomiendo su lectura previo a esta segunda parte)
daba un golpe sobre la mesa advirtiendo, con ejemplo exagerado, de las
consecuencias de no acotar el uso de nuevas herramientas y servicios, así como
la financiación descontrolada – crowdfunding abierto – a cualquier idea que nos
pueda poner contra las cuerdas. Ahora quiero desdramatizar pero haciendo
observaciones que son interesantes.
El “Agujero Negro” (Black Hole) que utilicé como símil de destrucción se
convierte en un Agujero de Gusano (Wormhole), que nos transporta a otra
dimensión en la comunicación, intercambio y conocimiento, cuando el uso de las
tecnologías y las culturas innovadoras son correctas y en beneficio personal,
corporativo y social. Las sensaciones por descubrir son ilimitadas y por lo
tanto debemos de ser cautos.
El beneficio directo de caer en un “Agujero de Gusano” es la transición a
un nuevo entorno que nos asegura emociones diferentes, nunca estaremos en el
mismo lugar del que provenimos. Pero ojo con estas nuevas emociones ya que
pueden provocar un cataclismo en nuestra percepción de la vida en muy poco
tiempo y provocar una colisión brutal. Las emociones son el combustible de la
existencia y por lo tanto si ponemos diésel en un motor gasolina o viceversa
comprometemos nuestro futuro de forma inmediata.
La Innovación es imparable pero debe de estar sometida a la ética humana y
a controles de seguridad exhaustivos. La
masificación abre las puertas a las personas de “moral distraída” y el ámbito
de la Seguridad es uno de los puntales imprescindibles.
Estamos comenzando a rodar por las primeras pendientes del Agujero Negro y
no hay quien pare la inmersión en la Innovación transformadora. Es
irreversible. Podemos tomar dos opciones. La primera es luchar contra la
atracción imparable, sufrir y gastar energías por impedir ser engullidos por la
Innovación. El final será el previsto pero con consecuencias dramáticas por la
pérdida de orientación y posicionamiento al otro lado, o incluso la
desintegración al ignorar las fuerzas gravitacionales. La segunda es guiarse
por el embudo con la mejor posición para aprovechar la velocidad y la fuerza
innovadora, unirse a compañeros de viaje con los mismos objetivos y así ser más
fuertes contra el rozamiento y el sobrecalentamiento por exposición a la
transformación. El final, salir del Agujero de Gusano transformado en un ente
mejor, más potente, fortalecido y con una posición dominante. Una estructura
preparada para el nuevo mundo.
En esta transición no sirve con tener voluntad ni ser consciente ni tan
siquiera ser un convencido. En este viaje no sirven los pasivos, es necesario
una actividad previa de preparación, estudio, análisis y estrategia. La única
inquietud debe de ser “cómo vamos a salir”, el tiempo dentro del gusano
dependerá de cómo de avanzados tengamos los deberes:
- Cultura innovadora corporativa
- Adaptación de procesos operativos
- Base tecnológica
- Estructura jerárquica
- Comunicación
- Partners
- Personas
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