El emprendedurismo es una
corriente imparable que está anegando y superando todos los cauces del
autotrabajo, tal y como se entendía hasta hace pocos años. La crisis global ha
sido la espoleta que ha iniciado un cambio radical en la cultura personal,
animando a que las ideas no mueran en el cerebro, o en fracaso, y pasen por un
proceso metódico y guiado. Se acabaron las aventuras emocionales en las que el
éxito era solo cuestión de suerte, ya que ni el conocimiento ni la experiencia
ni los contactos eran valedores fiables de la propuesta de negocio. Hoy tampoco
lo son.
Contamos con auténticos viveros
de ideas que funcionan bajo metodologías contrastadas y guiadas por expertos.
Con la misma facilidad que se incorporan las ideas maduras a los siguientes
niveles en el proceso, se cierran las puertas a aquellas que no soportan los
filtros exigentes. Debe de ser así para no crear falsas expectativas ante
propuestas basadas en ilusiones y sobre todo no hacer perder el tiempo a nadie.
Toda idea tiene su inicio en la
pasión de una persona por algo concreto. El ser PASIONAL, como la incansable Silvia Leal no para de
evangelizar con gran éxito, es la característica imprescindible para iniciar
nuevos retos, personales y profesionales.
Una persona que no siente pasión
por su desempeño profesional en una organización cualquiera, denota un fallo,
un agujero emocional en el individuo y en la gestión de las personas
de la propia organización. A mayor número de personas apasionadas en la
empresa, mayor será la propuesta innovadora interna. Emprender dentro de una
organización debe de estar no solo aceptado, que es el mínimo exigible, debe de
ser fomentado e incluido como objetivo en el desempeño a todo el arco laboral.
Hay que permitir aflorar todas las inquietudes e ideas imaginativas.
La organización con aspiraciones de
liderazgo es aquella que demuestra, con programas específicos internos, la
búsqueda de talento creativo, el crecimiento de la innovación y el
reconocimiento público a las aportaciones que generan valor.
El área de Innovación Corporativa
es el ágora que gestiona la creatividad con base en el respecto a las ideas
(todas son válidas), tratamiento profesional (sin sentimentalismo), guiado y
común de las propuestas, estudio de viabilidad e impacto de las seleccionadas y
finalmente, la implantación y reconocimiento. ¡Ojo!, las propuestas innovadores
no tienen por qué estar ligadas necesariamente a aspectos tecnológicos. El
reflejo en la tecnología será la consecuencia y no el motivo.
¿Por qué debe de ser Innovación
Corporativa? Porque la parte de negocio afectada jamás se podrá ver involucrada
en el proceso hasta el final para impedir bloqueos personalistas y/o
dogmáticos.
Como en la imagen, la innovación debe de hacerse efectiva con los plazos requeridos en cada momento según la cultura propia y los perfiles de las personas.
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