El
objeto final que tiene la formación de un ámbito “coworking” es el de atraer ideas, sueños, ambiciones, en
definitiva, canalizar el talento en diferentes áreas y sectores. El esfuerzo de
pensar y soñar en nuevos modelos de negocio y/o formas de hacer y vender es más
sencillo si se hace en equipo, si se trabajan las distintas ideas y se
canalizan por la experiencia y conocimiento multidisciplinar de otras personas.
La
realidad de muestras compañías es la del trabajo por responsabilidades
individuales con un protocolo medido a cada persona. Hemos perdido el espíritu
que llevó a nuestros antepasados de la Edad Media a crear los talleres gremiales en los que los
maestros se rodeaban de aspirantes o aprendices. Eran grupos abiertos y
heterogéneos sobre los que se mantenía la pasión por un tipo específico de
trabajo. Enseñar, aprender y mejorar.
Las
organizaciones actuales necesitan recuperar el alma de los talleres medievales a través de los procedimientos modernos para
que la pasión y el talento afloren. La pieza fundamental es el colector de
ideas. El punto donde las personas con inquietudes de mejora personal y
colectiva tengan la posibilidad de presentarlas, más o menos elaboradas. Estamos
hablando de la infinidad de ideas, planteamientos y propuestas que cada día se
aparecen a las personas de una organización, simplemente por tener inquietudes
en el desempeño de su trabajo que generan embriones de mejoras, de cambios, de innovación.
Innovación, esta es la palabra que aglutina la razón de ser de
los talleres. Aprender puede tener
mayor o menor complejidad, pero lo que realmente diferencia un taller de una cadena de montaje o una
sala de administrativos, reproduciendo mecánicamente los mismos procesos
durante su jornada, es la inquietud por el cambio positivo personal, colectivo
y finalmente social.
A
través de la transformación cultural de la organización se llega a la formación
de talleres del talento, el Crowdfunding corporativo del Talento que
bien canalizado, estructurado y como pieza clave de la estrategia de negocio,
dará unos beneficios tangibles e intangibles como nunca se imaginó.
Podríamos
hablar del CrowdTalent como la estrategia de coordinar y atraer el talento
de la multitud de personas que interactúan con nuestra organización, interno y
externo. De la habilidad en este proceso está en juego el futuro de la
compañía, que lejos de ser un ente abstracto, está compuesta por decenas,
cientos o miles de personas que se verán afectadas en este futuro.
La
estrategia se deberá de ajustar a la idiosincrasia propia de la empresa, su
cultura actual y los objetivos que se fijen a medio y largo plazo (he puesto la
“y” con todo propósito), pero siempre con el foco puesto en que nada es
inamovible, no existe nada ni nadie que se vaya a librar del “Ojo de Sauron” innovador. Se pueden
establecer comités por cada vertical de la organización o un comité transversal
con “sucursales” en cada área. Esto es lo de menos siempre que se articule, se
construya y se utilice la autopista del talento.
¡¡No
te pierde de vista!!
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