Los
antecedentes al siglo XVIII en Europa, Siglo de las Luces, fueron vigorosos y
vitales para alcanzar la providencia de cultura y hambre de conocimiento. Si
bien el siglo XVI, con la globalización de batallas localizadas pero de fondo
común religioso, fue el embrión de la Era de la Razón que se extendió a lo
largo del siglo XVII y comenzó en Gran Bretaña con el idealismo rupturista.
Pero la eclosión definitiva llegó en Francia, recalando en España con más
retraso y una mordaza velada desde la teología tradicional. La ruptura con el
autoritarismo, absolutismo y dictaduras tradicionales surgió de forma
traumática con las revoluciones de Estados Unidos y Francia. Revoluciones que
fueron el punto de inflexión para la estructura de la sociedad del futuro
centrándose en el poder de la burguesía (pueblo) frente al autoritarismo
personalista y paternal del estado cuya representación era el líder absoluto.
En paralelo y como acelerador de la Ilustración sociológica tuvo lugar el
segundo eje de transformación definitiva y concluyente con la Revolución
Industrial en Gran Bretaña.
martes, 24 de febrero de 2015
domingo, 15 de febrero de 2015
La increíble concepción de la Cultura Corporativa Innovadora
Quien más y quien menos pueden convencerse de que su
organización se toma muy en serio la innovación. En un pasado artículo de
diciembre de 2014 (Leer
"¿Por qué lo llaman Innovación cuando quieren decir Evolución?") abría el debate sobre el uso, consciente o no, del
concepto Innovación cuando la realidad es otra muy diferente. El primer error
es hablar de innovación cuando lo único que estamos haciendo es la mejora de
nuestro entorno tecnológico. No se está innovando por utilizar el palabro
“cloud” en un entorno de servidores distribuidos y accesibles, en el mejor de
los casos. La innovación requiere de algo más, requiere de características
especiales, de su detección y reconocimiento, así como su potenciación. Mucho
daño haremos a la innovación si permitimos, aplaudimos e incluso premiamos todo
tipo de prácticas fraudulentas o basadas en la ignorancia, simplemente por
acuñarlas con alguno de los modismos que nos hacen sentir “guais”. Nos hemos
convertido en una sociedad aduladora de las prácticas de marketing, perdiendo
uno de los valores más enriquecedores, la crítica analítica.
miércoles, 4 de febrero de 2015
CrowdTalent: el Crowdfunding del Talento en las Organizaciones
El
objeto final que tiene la formación de un ámbito “coworking” es el de atraer ideas, sueños, ambiciones, en
definitiva, canalizar el talento en diferentes áreas y sectores. El esfuerzo de
pensar y soñar en nuevos modelos de negocio y/o formas de hacer y vender es más
sencillo si se hace en equipo, si se trabajan las distintas ideas y se
canalizan por la experiencia y conocimiento multidisciplinar de otras personas.
La
realidad de muestras compañías es la del trabajo por responsabilidades
individuales con un protocolo medido a cada persona. Hemos perdido el espíritu
que llevó a nuestros antepasados de la Edad Media a crear los talleres gremiales en los que los
maestros se rodeaban de aspirantes o aprendices. Eran grupos abiertos y
heterogéneos sobre los que se mantenía la pasión por un tipo específico de
trabajo. Enseñar, aprender y mejorar.
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