A
pesar de ser 2017 un año muy parco en precipitaciones, en el ámbito macro
económico se puede hablar de que los brotes verdes comienzan a consolidarse,
aunque de momento son brotes dispersos a falta de que coloreen toda la
península… y las ínsulas. Desde el inicio de la crisis, cuando todos, menos uno,
ya sabíamos que estaba, y no sobrevolando, sobre la mesa del despacho y la mesa
del comedor en casa, las organizaciones se han afanado en un control y reducción
de gastos estratégico, en ocasiones enfermizo. La reducción del gasto no debe
de venir por impulsos de supervivencia, más bien como resultado de un estudio
profundo y complejo de la Organización y basado en ineficiencias.
Sea
como fuere, ha llegado el momento de afrontar una transformación real,
necesaria y ajustada a la sociedad actual y futura. El futuro nadie lo conoce,
eso creo, pero a la velocidad que se van sucediendo los cambios nos podemos
imaginar, al menos, que tendremos que ser ágiles, rápidos y organizados para
estar bien colocados en el mercado y no pasar apuros.
Absolutamente
todas las organizaciones, desde los autónomos a las grandes multinacionales
deben hacer una reflexión, ¿estoy realmente preparado para soportar un golpe de
timón en mi sector? En cualquier momento aparece un nuevo jugador que revienta
la banca y estamos fuera del mercado sin habernos dado la más mínima
oportunidad. Se habla de la aparición de nuevas profesiones en los próximos
años a un ritmo exponencialmente mayor a las anteriores revoluciones
industriales.
En
el marco estricto de la Organización, existen dos clases de Innovación:
- Innovación externa, hacia el mercado
- Innovación interna, Corporativa
La
Innovación
externa es una opción, no una obligación como muchos creen y aparentan.
Otra opción es la Evolución, adaptarse a los cambios que surgen en nuestro entorno.
Ésta sí es la obligatoria, simplemente por supervivencia.
Para
la ejecución correcta, ordenada y experta de la Innovación Corporativa, que atañe
al cuidado de las Organizaciones, ha nacido la figura
REHABILITADOR CORPORATIVO
La
Organización está compuesta por personas y es lo único imprescindible para que
exista. Luego pondremos las capas de procesos y la tecnología necesaria, pero la
materia prima, el poder de la Organización, está en las personas. En el último
mes el mundo se ha visto sacudido por dos ataques de ransomware’s lo que ha provocado una sicosis, aún mayor, sobre la
ciberseguridad. Todo esto es fantástico, pero ¿nadie repara en el daño que
puede provocar una mala Cultura Corporativa?... ¿y las “Micro Culturas”
nadie las presta atención?
Las
personas tendemos a auto diagnosticarnos y auto medicarnos sin el menor pudor.
Como somos los que mejor conocemos nuestro propio cuerpo sabemos con exactitud
la dolencia que podemos tener y rara vez acudimos al médico… excepto los
hipocondriacos. En las Organizaciones ocurre exactamente lo mismo pero con una
carga de responsabilidad dramáticamente superior ya que el efecto impacta en decenas,
cientos o miles de familias.
Y
al igual que yo mismo no me debo auto diagnosticar, por los condicionantes que
me hacen ser subjetivo en las apreciaciones, la Organización no debe llevar a
cabo su propio diagnóstico ya que está sometida a las costumbres, vicios,
hábitos y el temido y pandémico “aquí
siempre se ha hecho así”. Por lo tanto, únicamente puede diagnosticar un
profesional cualificado para ello, un médico/enfermera para mí y un REHABILITADOR CORPORATIVO para la
Organización… y siempre externo.
Cultura Corporativa
La
primera misión del REHABILITADOR
CORPORATIVO es recabar y contrastar la auténtica e irrevocable
decisión del Consejo en llevar a cabo los análisis necesarios y pruebas
diagnósticas exigidas para conocer la situación real y las patologías que
afectan y dónde se encuentran situadas. Sin esta condición lo mejor es desear
buena suerte y marcharse.
Para
conocer y detectar las “micro culturas”
serán necesarias varias acciones:
- Entrevista abierta y sincera con el Consejo para recabar sus impresiones y expectativas sobre la Cultura actual y la futura
- Encuesta masiva a toda la Organización. Basada en cuestiones cuantificables que permitan la inserción en la herramienta de análisis y permitir extraer patrones de comportamiento, alertas y riesgos.
- Entrevistas colectivas e individuales, si es necesario, para recopilar más información sobre algunos diagnósticos que sea necesario reafirmar y contrastar.
Una
vez finalizadas las acciones de conocimiento, pasamos a establecer los
diagnósticos basados en evidencias. Éstos se trasladan al Consejo y se proponen
los tratamientos específicos para cada patología/ineficiencia/riesgo detectado.
Los tratamientos pueden ser ejecutados por fases y en diferentes etapas, según
la propia estrategia de la Organización y consejo de la prudencia.
Modelos de Negocio
Como
he comentado al principio, la velocidad a la ocurren los cambios en el entorno
nos obligan a modificar nuestro comportamiento organizativo estratégico. Hoy en
día disponer de un solo modelo de negocio es condenarse a sufrir mucho en los
próximos dos años… porque es factible que no se llegue a un tercero. Y no
confiemos en que somos una Compañía de muchos años de éxito y bien posicionada
en nuestro sector… torres más altas han caído y caerán. Precisamente la auto
condescendencia y auto complacencia son las peores compañeras de Dirección.
El
REHABILITADOR CORPORATIVO ejecutará
varias acciones:
- Revisar conjuntamente con el equipo puesto a su disposición (multidisciplinar y transversal) la Estrategia a 12 meses de la Organización, revisable trimestralmente.
- Analizar el tipo de respuesta que está ofreciendo el actual Modelo de Negocio a los objetivos estratégicos y si estos están encaminados con realidad al futuro y el entorno conocido competencial.
- Diseñar la “Flotilla de Modelos de Negocio” que nos va a permitir, en modo defensivo u ofensivo, batallar y mantener una posición equilibrada y segura.
- Revisar y rediseñar los procesos operativos para cada modelo de negocio de la flotilla y tenerlos adaptados a la Cultura Corporativa.
Una
vez finalizada la ejecución del pilar “Modelos de Negocio” poseemos el equilibrio organizativo y la base estratégica y procedimental que
asegura que las personas y el negocio están perfectamente alineadas. Solo falta
el tercer pilar del REHABILITADOR
CORPORATIVO.
Inmersión Digital
Todos
tenemos muy clara la teoría, pero en la práctica nos dejamos llevar por las
modas o modismos del momento. El CIO es uno de los puestos más comprometidos en
la Organización, y a más si encima se les apellida “Digital” y mucho peor si ya incluimos “Big Data” y/o “Blockchain”.
Con esos apellidos les imponen, desde las alturas que desconocen lo que ello
implica (en la mayoría de los casos) una responsabilidad que conlleva objetivos
desconocidos en sus resultados.
El
REHABILITADOR CORPORATIVO tiene
la ingrata labor, pero comprometida con el resultado final de su labor, de
aclarar, como imposición, no como recomendación, que la Tecnología no es el
fin, es únicamente el soporte de los
procesos que hacen funcionar los modelos de negocio con las personas
identificadas para cada objetivo. Remarco únicamente
porque es una función vital y precisamente por ello se debe de ajustar a las
necesidades y no a los caprichos de la Organización.
Excepto para las Organizaciones
con orientación de negocio en la Tecnología, el resto no debe de presumir de
ésta, más bien apoyarse para presumir de sus servicios diferenciales. Para ello
el REHABILITADOR CORPORATIVO
analizará cada una de las piezas que componen la arquitectura tecnológica y
emitirá unas recomendaciones de cambios para que la tecnología sea realmente LÍQUIDA y se adapta al continente, que
no es otro que dar solución a cada uno de los servicios de la Organización,
internos y externos.
Si
no quieres perder más tiempo mirando por el periscopio para comprobar cómo “va
la cosa” en tus competidores, que jamás te van a dar una pista sobre lo que van
a hacer, llama a tu REHABILITADOR
CORPORATIVO.
Ramón Luis Gil
Barrigüete
INNOVACIÓN CORPORATIVA
OMNISECTOR
REHABILITADOR CORPORATIVO